IMAGEN DE CABECERA: CARBONCILLO de D@NIEL MORENO G@RCÍ@

Cuarteto Cedrón - La cerveza del pescador Schiltigheim - Raúl González Tuñón

domingo, 6 de febrero de 2011

EL ORDEN IMPLICADO

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EL ORDEN IMPLICADO











“Lo que ocurre en un lugar del universo a una partícula afecta
instantáneamente al resto de las partículas del universo.”
(Bohm lo llamo el orden implicado.)






Son los pequeños detalles, no lo he olvidado,
son la suma de infinitas partículas de nadas
que conforman un todo hasta que lo hacen estallar.

Y estalla.

Estalla tristemente delante de la taza del café,
dice: fin
y maldice lo mejor que es capaz todos los diccionarios.

Son los brevísimos obstáculos para llorar o decir
los que cierran la cara y la llevan a lugares inhóspitos
en los que no hay comida ni te alegra la música
ni sirven para nada tus pies o el diámetro del aire,
¡y pensar que podríamos no habernos conocido,
al fin y al cabo, algo tuvimos,
ya no seremos más unos desconocidos aunque duela!.

Son los infinitesimales acuerdos que tampoco nos valen,
el punto más feliz de la imaginación que también nos falló,
es hoy, ayer, mañana,
la maraña de caras de Borges que siempre son la misma
y eso es lo peor.

Ritual del olvido, el lamento,
ese templo perverso en el que suena un aria
y te derrumbas en átomos muy niños,
y eras un hijo de mi carne que llamaba a mi piel por las tardes,
y eras un hombre que llamaba a mi sexo en la noche,

y eras un cántaro de tierra que me hacías virar
junto a las ondas y las olas,
y eras el as de la dicción, el sofisma endiablado
en el que los poemas y los ángeles se te parecen,
ritual de las horas describiendo
solamente palabras, solamente la voz, solamente lo eterno,
palabras nada más aunque duela.

Así es como sucede, está sucediendo, ahora mismo lo es,
como se cae una hoja seca sin lágrimas ni ojos,
sin nevera, sin agua,
daré largos paseos, nuevamente lo abstracto
pensando en no pensar,
acercarme aún así cuando regrese a casa
por si hubieras dejado una huella,
la esperanza que no se muere ni de muerte,* *
no necesito ya los asteriscos,
todo me es útil para tender mi alma como si fuera mi cuerpo,
para entender mi cuerpo como si fuera un alma.

Romper los alegatos para crearse apenas con el oxígeno
y con las horas,
saber de ti como mi mejor aliado y aún así me abandonas,
en cualquier circunstancia, no lo he olvidado,
los pequeños detalles, yo lo he vivido.

Me refiero a esto que no acaba de cuajar hablando del fin,
pensando en ello
se me abren todas las ganas de que pudiéramos arrebatar la f
en el mitad de la frase, tú no lo pienses, yo lo pensé,
como si fuera en la mitad de otro sitio:
Mutari In Alitem, transformarnos en pájaro,
la probabilidad, no lo puedo evitar, en este mundo y en los otros
espiar la materia y atravesar vientres y ranuras
como si fuéramos la luz y es que lo somos.

El objeto a o el sujeto de la partícula o el cosmos
intervenidos por alguien,
citemos a Heisenberg para no estar tan solos,
para no comportarnos como ellas se comportan
y esperar
aquel observador pasajero que vive y estalla
adentro de nosotros,
nosotros mismos,
y nos confunde con teorías y alguna noción de economía,
estética o producto social, pero esto ya lo había dicho, yo ya lo sé,
y qué importa
si no ha servido para nada,
tampoco servirá, no hay que temer.

Yo estoy hablando de verdad del final y eso que lo exploramos todo,
o casi todo, esa es mi pena,
tenernos que comparar con el gato de Schrödinger,
muertos y vivos a la vez.





* Amelia Díez Cuesta















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miércoles, 29 de diciembre de 2010

“EL MITO”

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“EL MITO”












Podrías caer sobre mí como un cortejo de sombras,
encaramarte a mi cara y moldear con este rictus
una plegaria,
someterme a tu vieja voluntad,
descolgarte por mis nervios
en pirámides interminables.
Podrías llegar a vislumbrar
la congoja de ser inapelable,
esconderte en el último alegato
de los que no tienen perdón,
urdir ejércitos de polvo como un héroe demente.



Puedes hacerte o deshacerte
como un ídolo de barro:
no existes ya.



Podría construirte un arrebato,
una vacilación,
una vida que acate tu desaparición
y te deponga...
Pero prefiero que seas el bárbaro soporte
de un universo falible,
la pena cosida de tus pies,
la violencia de tu serenidad
y tu evidencia.












en "A Golpe de Lluvia"






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viernes, 10 de julio de 2009

Cesar Pavese-El Oficio de Vivir



Cesar Pavese-El Oficio de Vivir

(FRAGMENTO)





Cesar Pavese-El Oficio de Vivir

Pavese, Cesare - Poemas /// Pavese, Cesare - Verrà La Morte Ed Avrà I Tuoi Occhi


Pavese, Cesare - Poemas






Pavese, Cesare - Poemas






Pavese, Cesare - Verrà La Morte Ed Avrà I Tuoi Occhi






Pavese, Cesare - Verrà La Morte Ed Avrà I Tuoi Occhi





Muerte en Venecia, Por Thomas Mann

Mann Thomas - La Muerte en Venecia

martes, 9 de junio de 2009

TELEVISION GRUPO CERO










El 70% de la dirección del Grupo Cero entrevista a Miguel Oscar Menassa y habrá postre poético. Televisión Grupo Cero. Estudios Málaga Para poder verlo hay que acceder a la siguiente dirección: www.helloworld.com/grupocero. Una vez en la página hay que pinchar donde pone Live! (situado arriba, a la derecha de la página)


Una vez en la página hay que pinchar donde pone Live! (situado arriba, a la derecha de la página) Una vez que se abre pulsar Play





miércoles, 27 de mayo de 2009

Camus, Albert - El Mito De Sísifo

Camus, Albert - El Mito De Sísifo Camus, Albert - El Mito De Sísifo marcasate

BARTHES, LA FOTO DEL INVERNADERO






GASPARD-FÉLIX TOURNACHON

1820 -1910

"Nadar"





La mujer o madre (no se sabe)
del fotógrafo - 1890





Barthes- La cámara lúcida Barthes- La cámara lúcida api_user_11797_mov460



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Algo así como una esencia de la fotografía flotaba en aquella foto en particular. Decidí entonces “sacar” toda la Fotografía (su “naturaleza”) de la única foto que existía seguramente para mí y tomarla en cierto modo como guía de mi última búsqueda. Todas las fotografías del mundo formaban un Laberinto. Yo sabía que en el centro de ese Laberinto sólo encontraría esa única foto, verificándose la frase de Nietzsche: “Un hombre laberíntico jamás busaca la verdad, sino únicamente su Ariadna”. La Foto del Invernadero era mi Ariadna, no tanto porque me permitiría descubrir algo secreto (monstruo o tesoro), sino porque me diría de qué estaba hecho ese hilo que me atraía hacia la fotografía. Había comprendido que de ahora en adelante sería preciso interrogar lo evidente de la fotografía no ya desde el punto de vista del placer, sino en relación con lo que llamaríamos románticamente el amor y la muerte.
(No puedo mostrar la Foto del Invernadero. Esta foto sólo existe para mí solo. Para vosotros sólo sería una foto indistinta, una de las mil manifestaciones de lo “cualquiera”; no puedo constituir en modo alguno el objeto visible de una ciencia; no puede fundamentar objetividad alguna, en el sentido positivo del término; a lo sumo podría interesar a vuestro studium: época, vestidos, fotogenia: no abriría en vosotros herida alguna).

Rilke Poems

Rilke Poems Rilke Poems magnis